No. 1
La puerta de la fe significa cruzar el umbral cuando la
palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que
transforma.
Empieza con el bautismo y concluye con el paso de la muerte a
la vida eterna
Conclusión: profesar la fe en la Trinidad equivale a creer en
un solo Dios que es Amor.
No. 2
Benedicto XVI recuerda la exigencia de redescubrir el camino
de la fe para iluminar con claridad la alegría y el entusiasmo del encuentro
con Cristo.
La Iglesia en su conjunto debe ponerse en camino para recatar
a los hombres del desierto y conducirlos al lugar de la vida hacia la amistad
con Dios.
El tejido cultural unitario del pasado hoy ha sido roto y
transformado.
No. 3
En este año de la fe no podemos dejar que la sal se vuelva
sosa y la luz permanezca oculta (Mt 5,13-16).
El Papa nos invita a redescubrir la fuente que tenemos en
nuestra vida y/o en la Iglesia que es hoy, la Eucaristía
Debemos descubrir de nuevo el gusto de alimentarnos con la
Palbra de Dios transmitida fielmente por la Iglesia y el Pan de vida ofrecido
como sustento a todos los que son sus discípulos (Jn 6,51).
No. 4
El Papa invita a celebrar este año de la fe comenzará el 11
de Octubre de 2011 en el 50 aniversario de la apertura del concilio Vaticano II
y terminará en la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo el 24 de Noviembre
de 2013.
En la fecha del 11 de Octubre de 2012 se celebrará también la
publicación del CATIC.
XIII Asamblea General del Sínodo de los Obispos en Octubre
del 2012 con el tema de la Nueva Evangelización para la transmisión de la fe
Cristiana.
No. 5
(Pablo VI 1967 año de la fe).
La importancia que da a los textos Conciliares, “que no
pierden su valor y esplendor.”
Concilio como la gran gracia que la Iglesia se ha beneficiado
en el S. XX.
Una gran luz para la renovación de la Iglesia.
No. 6
Renovación:
Testimonio ofrecido por la vida de los creyentes.
La iglesia siempre busca la Conversión y la Renovación.
El año de la fe: una auténtica y renovada conversión al
Señor, único Salvador del mundo.
Gracias a la fe la vida nueva que se recibe se plasma en la
novedad radical de la Resurrección= La fe que actúa por el amor.
No. 7
Es el aor de Cristo el que llena nuestros corazones y nos
impulsa a evangelizar.
Con su amor Jesucristo: atrae, convoca, confía y manda a
proclamar su evangelios.
La fe crece cuando se vive como experiencia de un amor que se
recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo.”Los creyentes se
fortalecen creyendo”(San Agustín).
No. 8
Aquí en esta conmemoración el Papa invita a todos sus
hermanos Obispos a unirse en el tiempo de gracia espiritual que el Señor ofrece
para rememorar el don precioso de la fe.
El Papa invita a intensificar la reflexión sobre la fe para
ayudar a todos los creyentes en Cristo a que su adhesión al evangelio sea más
consciente y vigorosa.
En este año todas las comunidades eclesiales encuentren la
manera de profesar públicamente el credo.
No.9
Deseamos que en este año suscite en todo creyente la
aspiración a confesar la fe con plenitud y renovada convicción, con confianza y
esperanza de modo particular en la Eucaristía, que es “la cumbre a la que
tiende la acción de la Iglesia y también la fuente de donde mana toda su
fuerza.”
Esperamos que el testimonio de vida de los creyentes sea cada
vez más creible.
No. 10
Existe una unidad profunda entre el acto con el que se cree y
los contenidos a los que prestamos nuestro asentimiento. El apóstol Pablo nos
ayuda a entrar dentro de esta realidad cuando escribe: “con el corazón se cree
y con los labios se profesa.”(Rm 10,10).
Profesar con la Boca indica, a su vez, que la fe implica un
testimonio y un compromiso público. El cristiano no puede pensar nunca que
creer es un hecho privado. La fe es decidirse a estar con el Señor para vivir
con Él.
No. 11
CATIC un subsidio precioso e indispensable para acceder al
conocimiento sistemático del contenido de la fe fruto importante del Vaticano
II contribución importantísima a la renovación de la vida eclesial: regla
segura para la enseñanza de la fe, instrumento válido y legítimo al servicio de
la comunión eclesial (Fidei depositum).
Sintetiza y organiza todos los contenidos fundamentales de la
fe.
Memoria permanente de los diferentes modos en que la Iglesia
a meditado sobre la fe y a progresado en la doctrina para dar certeza a los
creyentes en su vida de fe.
Estructura que presenta el desarrollo de la fe hasta abordar
los grandes temas de la vida cotidiana.
Lo que presenta no es una teoría es un encuentro con una
persona que vive en la Iglesia.
La enseñanza del CATIC sobre la vida moral adquiere su pleno
sentido cuando se pone en relación con la fe, la liturgia y la oración.
No. 12
El CATIC podrá ser en este año un instrumento de apoyo a la
fe.
Nota de la Congregación de la doctrina de la fe.
Hoy se reduce el ámbito de las certezas racionales al de los
logros científicos y tecnológicos, pero la iglesia nunca ha tenido miedo de
mostrar cómo entre la fe y la verdadera ciencia no puede haber conflicto
alguno, porque ambas, aunque por caminos distintos, tienden a la verdad.
No. 13
A lo largo de este año, será decisivo volver a recorrer la
historia de nuestra fe, que contempla el misterio insondable del entrecruzarse
de la santidad y el pecado: testimonio de vida y una auténtica conversión.
Durante este tiempo, tendremos la mirada fija en Jesucristo.,
“que inció y completa nuestra fe”. (Heb 12,2).
Nos presenta el Misterio de Crito; la fe de maría, de los
apóstoles, de la comunidad primitiva, de los mártires, consagrados y
consagradas y de nosotros.
No. 14
El años de la fe será también una buena oportunidad para
intensificar el testimonio de la fe.
La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin fe sería
un sentimiento constantemente a merced de la duda. La fe y la caridad se
necesitan mutuamente.
Esla fe la que nos permite reconocer a Cristo.
No. 15
Buscar la fe; ella es compañera de vida que nos permite
distinguir con ojos siempre nuevos las maravillas que Dios hace por nosotros.
Tratando de percibir los signos de los tiempos en la historia actual, nos
compromete a cada uno a convertirnos en un signo vivo de la presencia de Cristo
resucitado en el mundo.
Nadie se vuelva perezoso en la fe.